El síndrome todo menos tesis es el estado de indefensión en que se encuentra un estudiante que ha aprobado todas las asignaturas y cumplido con todos los requisitos de un programa académico, pero que no ha terminado su tesis y por tanto no puede graduarse. En el padecimiento del síndrome todo menos tesis, nuestra condición psicológica se altera, pues ese sentimiento de culpa nos obsesiona al sentirnos incapaces de obtener el grado universitario, la licenciatura, la maestría o el doctorado, incluso el escalafón profesoral o el ascenso que tanto anhelamos queda en entredicho, pues sin el trabajo de grado todo se queda estancado. En fin, cada vez que me enfrenté a un trabajo de grado, tuve los mismos síntomas del síndrome todo menos tesis, síntomas que quizás tú estés sintiendo: frustración, enojo, culpabilidad, estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima, y ese sentimiento de irresponsabilidad y fracaso que poco a poco se va instalando dentro. Tanto así, que se siente uno vulnerable y abocado a desertar de la universidad a pesar de haber pasado todas las asignaturas y cumplir con todos los demás requisitos del programa.

Solo aquellos que nos enfrentamos con el reto de hacer un trabajo de grado, sabemos de lo que estoy hablando.  Sabemos los niveles de estrés a los que nos exponemos; desarrollamos síntomas de ansiedad y depresión, incluso nuestros niveles de agresividad aumentan y, en algunos casos, contagiamos de nuestro síndrome con todos sus síntomas a nuestros compañeros y compañeras que están en situación similar.

Piensa. En teoría, un pregrado dura generalmente 4 o 5 años con tesis y todo, una maestría dura 2 años con tesis y todo, y un doctorado 4 o 5 años con tesis y todo. Bueno, eso es lo que a uno le venden en la Universidad cuando se matricula. Sin embargo, la realidad es otra. Por ejemplo, la maestría que yo decidí hacer no duró 2 años como decía el programa cuando me matriculé, ni siquiera duró 3, sino que duró ¡4 años! Bueno, duré 4 años…

Durante los dos primeros años vi todas las asignaturas, incluyendo las de Proyecto de Investigación y Trabajo de Grado. Adelanté mi tesis durante estas asignaturas como era de esperar y después de haber terminado todas las demás asignaturas, me convertí en un estudiante con síndrome todo menos tesis. A partir de allí, me llevo un año más terminar la tesis. Me sentí dichoso el día que mi director por fin me dio la carta de aprobación que debía adjuntar con mi trabajo de grado para ser evaluado por el Jurado. Después de tantos días sin dormir, de litros y litros de café, de leer, escribir y reescribir una y otra vez páginas y más páginas; de consultar bases de datos y leer libros y más libros, de pasar por todos los estados de ánimo como en un carrusel ¡por fin había terminado mi trabajo de grado!

Pero la felicidad me duró 15 días. Los dos jurados determinaron que mi trabajo de grado no cumplía con los requisitos académicos requeridos por la facultad para optar al título de Magister y me dieron tres opciones:

  1. Reelaborar todo el trabajo de grado con el mismo director o
  2. elaborar una nueva investigación con el mismo director o
  3. cambiar de director, de tema y empezar de nuevo.

En síntesis: me tocaba hacer otro trabajo de grado si quería graduarme. Mi director no estuvo de acuerdo con los argumentos del Jurado y elevó su protesta decidiendo que no era conveniente para él seguir dirigiendo mi tesis o cualquier otra en la Facultad y renunció y se fue de la Universidad y del país. ¡Puedes creerlo!

 

Yo quedé en el limbo y lo único que podía hacer era enfrentar mi realidad y elaborar todo el proceso de duelo que ello conlleva: crisis, negación, ira, depresión, aceptación, y lo más importante… ¡aprendizaje! Algo que me dejó claro ese aprendizaje fue ¡cómo hacer una tesis y no morir en el intento! Me sentía frustrado y culpable. La frustración me llevó al enojo, el enojo a la baja autoestima, la baja autoestima a la depresión y a la vergüenza con mis amigos, compañeros y familiares. Y aunque hace unos años dejé de fumar, recuerdo que en aquella época incrementé su consumo y me sentía derrotado.

Para combatir estos síntomas tuve que pasar por un proceso de lágrima, de reflexión, auto terapia e inyectarme una gran dosis de autoestima. Un año después de este suceso estaba recibiendo mi grado de maestría finalmente, el cual me permitió ascender en el escalafón docente y obtener un mejor salario. Todo este proceso me dejó otra gran reflexión: me dije a mi mismo que dedicaría gran parte de mi tiempo como profesor a estudiar y diseñar un camino que le permitiera a los estudiantes a hacer un trabajo de grado minimizando el padecimiento del síndrome todo menos tesis o incluso evitándolo del todo. Durante más de una década acepté el reto de hacer investigación y de formar en investigación a decenas y decenas de estudiantes y el resultado es el curso-taller Síndrome todo menos tesis: cómo hacer tu tesis y no morir en el intento. 

Si estás por hacer o estás haciendo tu trabajo de grado o estás padeciendo del síndrome todo menos tesis, una buena dosis de autoestima es lo primero que debes inyectarte para combatirlo. Posteriormente, entender que no se necesita ser un genio para realizar una buena investigación y redactarla en un documento informativo al que llamamos tesis. El tema que escojas es tan válido como cualquier otro por banal y trajinado que parezca, siempre hay un nuevo punto de vista, una arista por descubrir, una nueva interpretación de la realidad. Ten en cuenta que es demostrar que lo que se sabe es realizar una investigación y reportarla por escrito, orientados o no por un director o asesor.

¡Este curso-taller está orientado a que logres tu propósito: titularte! Sigue uno a uno las técnicas, trucos y pasos de este taller y estoy convencido que logras tu cometido: titularte. He comprobado que mi estrategia de guiar y orientar cómo hacer una tesis de calidad y en un tiempo razonable, funciona. Te invito al siguiente webinar informativo, para ello suscríbete en el botón de abajo y pronto recibirás un correo en el que te informo fecha y hora del encuentro.